Sí amigos. Formo parte del 43,5% de desempleo juvenil, de la empresa más grande de España. Empresa en la que se trabaja 24 horas al día, 365 días al año, sin salario, sin oportunidades de crecimiento y sin reconocimiento de ninguna clase. Formo parte de una generación que se está echando a perder. Una generación en la que parece que los jóvenes no tenemos futuro.
Es una triste realidad. Pero me ha tocado vivirla. Ya son un año y dos meses los que llevo en paro, y mis perspectivas de conseguir un trabajo (sea medio decente o no) son prácticamente nulas.
En mi sector, el de los Servicios Sociales, las cosas no pintan bien. Las administraciones públicas no pagan las subvenciones correspondientes a asociaciones, oenegés y ayuntamientos, lo que conlleva que muchos trabajadores sociales, educadores, animadores, etc, hayan dejado de cobrar su sueldo en los últimos meses, e incluso que hayan perdido su empleo. Con esta perspectiva, es más que difícil la tarea de encontrar un trabajo.
"Elena, ¿y por qué no buscas empleo en otro sector?" Os preguntaréis.
Pues bien, una cosa os voy a decir. No se me van a caer los anillos por aceptar otro tipo de empleo. Otra cosa es que me lo den.
Y ese que amigos, tener una titulación universitaria no te garantiza encontrar trabajo. No, sin experiencia. Y dadas las circunstancias, me pregunto ¿para que coño habré estudiado en la Universidad? ¿Me sirve de algo mi título?
Más me habría valido ponerme a currar a los dieciséis años, y no dármelas de estudiante que se quiere dedicar solo a eso, a estudiar. No es que así fuera a tener trabajo, pero al menos no se me cerrarían tantas puertas.
Y es que esperar, en vano, a que te llamen, aunque sea para hacer una triste entrevista, para dar la falsa ilsusión de que hay ofertas de trabajo, que puedes conseguirlo, que tienes futuro, es bastante duro.
Cajera, camarera, dependienta...variadas ofertas de empleo que he solicitado, bien por Internet, bien in situ con un curriculum de toda la vida. ¿Llamadas? Cero. Cero patatero. Y es que si una se lee bien la oferta, piden, como mínimo, un año de experiencia.
Y en estos tiempos, con un 43,5% de desempleo juvenil, ¿para quieren las empresas una joven diplomada pero sin experiencia como cajera, camarera, dependienta, etc., cuando hay cientos y cientos de jóvenes que (con estudios o sin ellos) sí la tienen?
Hoy, me he pegado una pequeña batida por diferentes establecimientos, con mi carpetilla de curriculums en mano, con la vana esperanza de que necesiten gente para la capaña de Navidad. Digo yo que en estas fechas necesitarán más gente ¿no?
En el caso de que sea que sí, que necesiten más gente, ¿me llamaran para alguna entrevista? Y fijaos bien amigos, sí, me preocupo porque me llamen para una entrevista, porque llegados a cierto punto es lo único que deseas.
Y ahí iba yo, con mi carita sonriente, agradeciendo que me cogieran en mano el dichoso currículum, y preguntándome si no irá a parar directamente al cubo de la basura o al cajón de los olvidados.
Y ahí os lanzo unas preguntas ¿Cuánto tiempo lleváis en paro? ¿Cómo lleváis la situación? ¿Hasta dónde estaríais dispuestos a llegar por un puesto de trabajo?